Menuda corrida he echado hoy señores, de las más abundantes que he echado en toda mi vida, es impresionante. Cuando uno folla con tanta intensidad es normal que acabe regalando corridas con semejante grosor, pero lo mío ha sido demasiado. Es como si hubiera guardado durante todo este tipo una buena dosis dentro de una botella de plástica y la hubiera abierto sobre la cara de mi novia sin ninguna explicación. Jamás había visto semejante caso. Creo que ha sido esa magnífica mamanda, es una nueva técnica que ha usado la chica que ha hecho que me corriese como un verdadero adolescente. Me ha encantado porque he sentido unos escalofríos antes de correrme y durante la mamada que he podido ver las estrellas hasta que le he pedido que se pusiera de rodillas que le iba a meter la corrida de su vida y que la iba a disfrutar como una colegiala en pleno celo en la universidad.