Se ve que las asistentas que aquí vemos se dedican a todo menos a limpiar, y viene a ser algo bastante excitante. Resulta que cuando se quedan sin ninguno de sus jefes se ponen a jugar y a meterse comida por el culo. Así es, la tres se levantan los uniformes, pues no suelen llevar ropa interior o simplemente se la han quitado, y empiezan el espectáculo, que consiste básicamente en coger la comida, abrir el ano y meterse las cosas hasta el fondo. Algunas lo tienen tan abierto ya, que parece que entra la comida más grande que hay por la cocina. Les encanta meterse los pepinos, pues ellas dicen que es lo que más se asemeja a una buena polla y que por eso les encanta, porque es lo más grande y lo que más gusto les das.