Cómo se ha hartado de gemir esta japonesa, esta chica cuando le meten dos pollas dentro de su coño peludo, y lo han hecho hasta reventarla, prácticamente. Se la han zumbado entre dos tipos cuyo tamaño de pene era cómico. Ha sido desaprovechar un coño que pedía a gritos que viniera alguien con un rabo más que decente y que la hiciera chorrear con las sacudidas que le ha metido. Lo bueno es que han sido dos, y un polvo con dos personas sobre una mujer siempre es más duro que si fuera uno solo. En el título pongo una de las cosas que más me gusta acerca de este tipo de sexo con estas mujeres, y es que cuando se ponen a gemir, no hay quien las pare. Cuanto más disfrutan, con más agudeza se ponen a chillar.