Quién no ha tenido alguna vez a ese amigo tan cercano cuya madre estaba bastante buena y que todos hemos dando rienda suelta a nuestra imaginación pensando que nos la estábamos follando sin parar, que le estábamos penetrando su tremendo culo hasta el fondo y haciéndola gozar como ningún hombre lo había hecho todavía en su santa vida. Hay una cosa que está clara, y es que esta mujer siempre ha tenido uno de los mejores cuerpos de toda la ciudad, de forma objetiva… Cuando he visto las fotos que me ha mandado, con ella vestida en lencería, tacones altos y cara de guarra, he tenido que ir a mi casa rápidamente corriendo a  hacerme una paja porque, sinceramente, no me he podido resistir. Las buenas pollas que tienen que caber por ese culo, son increíbles…