Está científicamente probado: la posición sexual favorita del hombre es a cuatro patas. Se remonta a la antigüedad, cuando éramos bípedos y no podíamos levantarnos, por lo que siempre acabábamos follando a cuatro patas y lo que veíamos siempre el culo y las nalgas de la mujer. Eso explica porque nos gusta tanto un buen trasero acompañado de unas piernas bonitas. Lo peor de todo es que las mujeres lo saben y juegan con ello, se dedican a enviarles fotos cachondas a sus novios mientras están en el trabajo para que les entre el calentón y tengan que ir a pajearse a algún lugar apartado.