En estos sucios lavabos, este hombre ha tenido la sangre fría de poder follarse a la camarera del bar, y la verdad es que lo ha hecho brutalmente. Le ha bajado el sujetador, le ha visto las enormes y ricas tetas que tenía, y después se ha subido encima suya para darle con la polla por el coño hasta que no ha podido resistir más. El polvo ha sido bestial a toda costa, ha sido impresionante. No todos los bares tienen la suerte de contar con una camarera así de potente, con esas tetas y esas ganas de follar. Se queda uno impresionado cuando las ve follar… Se ha agachado a las cuatro patas y ha dejado que le dieran hasta por el culo, ese culo por el que seguro que ya han pasado varias pollas.