Esta madurita cree que está sola en casa, así que decide tomar el sol en la terraza desnuda. No quiere que se le queden marcas en el cuerpo, así que se desnuda y se echa aceite por todo el cuerpo para tostarse al sol. De repente, se da cuenta de que hay alguien en casa. Al levantar la cabeza ve que está el hijo de su marido observándola.

Eso la pone muy cachonda. Sabe que no debería hacerlo, pero también sabe que le pone muy cachondo y si hacen algo, jamás se lo contará a su padre. Se pone de pie y le pone muy cachondo. Entran dentro de la casa y la madura le come toda la polla a su hijastro. La madura se pone a cuatro patas delante del tio y deja que le meta toda su polla hasta el fondo de su coñito y que la folle duro. El tío la agarra del culo y le da bien fuerte mientras no para de darle unos buenos azotes. De repente, le mete la polla en el culo y a ella le encanta. Empieza a gritar de placer. Le revienta el culito y se lo deja bien follado. Le encanta la polla de su hijastro porque es mucho más grande que la de su padre y la madura goza como una perra.